Una oleada inédita de bombardeos israelíes en Líbano ha matado en pocas horas de este lunes al menos a 492 personas ―entre ellos, un mínimo de 35 niños, 58 mujeres y dos trabajadores sanitarios― y herido a más de 1.600, según el Ministerio de Salud Pública libanés.
Es la jornada más letal en el país desde el fin de la guerra civil, en 1990, con casi los mismos muertos en un solo día que en todos los once meses previos de fuego cruzado entre Israel y Hezbolá, y una matanza al nivel de los días más sangrientos de la invasión de Gaza.
Los bombardeos de este lunes son el último episodio de una escalada de las operaciones israelíes contra Hezbolá.
La semana pasada explotaron mies de dispositivos de comunicación usados por miembros de la milicia chiita, causando decenas de muertos y miles de heridos, en un ataque que se ha atribuido a Israel.
El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, señaló que las acciones de Israel equivalen a “una guerra de exterminio”.
Hezbolá, por su parte, respondió el fin de semana con el lanzamiento de cerca de 160 misiles que alcanzaron zonas urbanas de Israel.
El primer ministro libanés dijo que los ataques israelíes contra su país tienen como objetivo “eliminar pueblos y ciudades libaneses”.
En tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió de que se avecinan “días complicados” para el país.
Sus declaraciones se produjeron tras una reunión en el cuartel militar de Kirya, en Tel Aviv, en la que subrayó que Israel no espera a las amenazas, sino que se “adelanta” a ellas, en referencia a los recientes ataques de su país contra el sur de Líbano.
“Prometí que cambiaríamos el equilibrio de seguridad, el equilibrio de poder en el norte. Eso es exactamente lo que estamos haciendo”, afirmó.
/ElPaís-BBC Mundo/