Así como las plataformas multimedia de música prejubilaron al CD o las videoconsolas destronaron al Conecta 4, la inexorable ley de vida parece empujar poco a poco el dinero físico -billetes y monedas- hacia el mundo de los nostálgicos y lo vintage.
Eso sí, muy poco a poco porque que el dinero en efectivo -el cash– no se va a jubilar, al menos en un corto y medio plazo, parece evidente si atendemos al Estudio sobre hábitos en el uso del efectivo 2023 del Banco de España. Este informe señala que el 65% de los españoles reconocen usarlo a diario; la paradoja es que ese mismo porcentaje, -casi- siete de cada 10 ciudadanos, tiene la creencia de que los pagos digitales se impondrán al dinero en efectivo (en este caso, según un estudio realizado por Mastercard).
A diferencia de Los inmortales, donde sólo podía quedar uno, pagos digitales y en metálico conviven sin necesidad de imponerse el uno al otro. De hecho, como demuestran los indicadores, usar mayoritariamente uno de los dos no implica renunciar al otro.
El 65% de españoles usa dinero en efectivo a diario. Paradójicamente, también 7 de cada 10 cree que los pagos digitales se terminarán imponiendo
La decisión de cuál usar o de si simultanear ambos responde más a una cuestión de sentido común que regulatoria: ¿qué es más cómodo? Lo que es cierto es que la comodidad, unida a la inmediatez, son las dos principales causas por las que los pagos digitales están experimentando un crecimiento tan elevado.
Se suele decir que más que una evolución, la digitalización supuso una revolución social. Y entre esas revoluciones también está la de cómo relacionarnos con el dinero y la forma en que pagamos -o cobramos- bienes y servicios.
Así, para conocer las opciones que ofrece este nuevo universo digital lo primero es definir qué son estos pagos. Según Banco Santander, “los pagos digitales son aquellos métodos de pago que se llevan a cabo en línea, a través de medios digitales o internet”.
Las tarjetas, tanto de crédito como de débito, son el método más común y el ejemplo más claro de estos pagos. Tanto es así que, como refleja el Banco de España, hasta un 86% de españoles las utiliza.
Pero con las nuevas tecnologías, el universo de los pagos digitales crece y, con él, el catálogo de productos. El informe Pagos: 2025 y más allá [Payments 2025 & Beyond] de PwC estima que, en 2030, los pagos electrónicos prácticamente se habrán triplicado, superando los tres billones de operaciones.
Una (r)evolución constante
El ecosistema de los pagos electrónicos cambia tan rápido que nunca es posible dejar de utilizar la etiqueta “novedad”. Lo que hoy es cotidiano, hace apenas unos años era excepcional y ese dinamismo es lo que nos hace preguntarnos qué es lo que vendrá.
Sin embargo, sí se pueden identificar los retos a los que el sector hará frente. En este sentido, durante el sexto encuentro Payments: Medios de pago y open finance que organizó el pasado mayo el diario Expansión, el presidente de American Express España, Juan Orti, señaló que “los desarrollos tecnológicos son otro factor fundamental en este año, especialmente con la IA y la IA generativa. Además, seguimos ante una agenda regulatoria muy ambiciosa y compleja”.
Asimismo, en la última encuesta de PwC realizada a entidades financieras, fintechs y otros operadores de la industria de los medios de pago, el 89% coincide en que el crecimiento del comercio electrónico se prolongará durante los próximos años. Esto supondrá una gran inversión en nuevas tecnologías y soluciones para hacer más sencillas e inmediatas las transacciones electrónicas.
Entre las soluciones que más éxito están teniendo se encuentra una tendencia que conecta la evolución del presente y la revolución del futuro: las carteras digitales, digital wallets o ewallets (tanto monta…). ¿Qué son? Monederos virtuales que permiten almacenar distintos medios de pago. Quizá por la definición no termines de verlo, pero si mencionamos Apple Pay o Google Pay seguro que la cosa cambia.
“La próxima generación de wallets digitales nos permitirá administrar nuestra identidad y nuestras finanzas. Se volverá clave en nuestra vida diaria, permitiéndonos acceder a servicios y pagos en cualquier canal”, recoge MasterCard España sobre esta realidad financiera.
Banco Santander también anticipa la relevancia de la versión virtual de las tarjetas, incorporadas tanto a las apps de las propias entidades financieras como otras plataformas (como Apple o Google). De hecho, recuerda una de sus principales virtudes, la comodidad, al explicar que no sólo pueden estar en tu teléfono móvil, sino también pueden conectarse a otros dispositivos inteligentes como son los relojes (smartwatches).
Durante el encuentro especializado del diario Expansión, también se trató otro de los temas primordiales del presente y futuro de los pagos digitales: la inmediatez y el impacto que tendrá el nuevo reglamento europeo sobre transferencias instantáneas que permitirá transferir dinero a cualquier hora del día y a cualquier país miembro en 10 segundos. “El objetivo fundamental es la generalización masiva del uso de estas transferencias, algo que va a traer cambios radicales en los hábitos de pago en Europa de forma acelerada”, comentó Juan Luis Encinas, consejero delegado de IberPay. De hecho, gracias al liderazgo de Bizum (26 millones de usuarios) España es uno de los países pioneros en la adopción de las transferencias inmediatas.
Ventajas del pago digital
Más allá de la comodidad y rapidez del pago digital, existen beneficios que explican su crecimiento. Como apuntan desde Banco Santander, el primero es el de la seguridad: “Con ellos [pagos digitales] se minimiza el riesgo de robo o falsificación de dinero. Se trata de dos problemas significativos en el caso del dinero en efectivo que disminuyen en su versión digital. En la red, los movimientos financieros como los pagos se pueden identificar con facilidad. En el caso de las empresas, también supone una ventaja porque fomentan la transparencia de las transacciones financieras”.
Además, gracias a las aplicaciones de banca digital como las que ofrece Santander se pueden controlar de forma detallada los gastos. Algo positivo y útil a la hora de crear presupuestos que permitan controlar las finanzas personales, evitando caer en un sobreendeudamiento.
Unas ventajas que, a priori, puede llevar a pensar en sociedades sin efectivo (cashless society, como se conoce en inglés) y, desde luego, las tendencias parecen indicar que, en el futuro, billetes y monedas serán objetos de coleccionistas. Sin embargo, es pronto para anticipar su jubilación, ya que sigue siendo de uso diario sobre todo para pequeñas cantidades como tomar un café, comprar el pan o pagar el autobús. /MARCA/